Memorias de un contrabandista al servicio de Su Majestad

Las “Memorias” es un relato autobiográfico, en el que como en una novela de aventuras, Tirso Olazábal, nos traslada sus trabajos, intrigas, penalidades y conspiraciones para dotar de armamento al ejercito carlista, rompiendo el bloqueo militar y diplomático que las tropas y los diplomáticos de la Primera República alzaron contra D. Carlos VII.
Iniciado desde muy joven, con veintitrés años, como diputado provincial en Guipúzcoa, en las elecciones de 1867, las últimas del reinado de Isabel II, será elegido diputado a Cortes. Tras la revolución de 1868, se adhirió al carlismo y formó también parte de las Cortes Constituyentes.
Emigrado después a Francia, fue destinado por Carlos de Borbón y Austria-Este a su Consejo; se distinguió en la histórica Junta carlista de Vevey en 1870, y cuando se iniciaron los preparativos para un nuevo levantamiento armado, figuró en la Junta Real Carlista.
Comenzada la Tercera guerra, Don Carlos en la confianza le nombró su consejero, dándole después el cargo de presidente de la Comisión de armamento, dedicándose casi exclusivamente a la adquisición de armas y municiones para sus tropas. Su trabajo, idiomas, conocimiento del mundo e inteligencia logró proporcionar al Ejército carlista más de 40.000 fusiles, algunos millones de cartuchos y unas 50 piezas de artillería. Por sus servicios fue nombrado coronel honorario de Artillería, con la llave de gentilhombre, el título de conde de Arbeláiz y el Toisón de Oro.